Me he encontrado con una información curiosa sobre el Bugatti Veyron,
algo totalmente irrelevante para casi todos los mortales o para
superfortunas, ya que ellos pueden pagarlo y no miran el precio. ¿Cuánto
cuesta mantener un Veyron? Pues seguramente bastante más de lo que
estas pensando.
Para empezar, el coche vale un millón de euros en su versión,
digamos… básica. A partir de ahí empieza la fiesta.
Hay que pasar una
revisión anual en torno a 15.000 euros para asegurar el perfecto
estado mecánico del coche. Ellos no van a Midas ni a Aurgi. Cuesta ocho
veces más que una revisión de Ferrari Enzo.
El impuesto de circulación sale por unos 36.000 euros en determinados estados de EEUU,
comparado con el precio del coche, no es algo exagerado, pero es año
tras año. En cuanto al seguro, eso si encontramos alguien que se atreva a
asegurarlo, son solo 2.700 euros… al mes. Es decir, casi 33.000 euros al año.
Todabia falta lo peor, Necesitará un cambio de neumáticos cada 4.000 kilómetros,
y solo las gomas cuestan unos 24.000 euros. Cuando se hayan cumplido
los 16.000 km habrá que aflojar además otros 36.000 euros por
mantenimiento de rueda y neumáticos.
Ya que sus neumáticos, especialmente diseñador por Michelín, son unos 265/680 ZR500 delante y 365/710 ZR540 detrás, y cuestan 1.800 euros cada unidad
Por los cambios de aceite, anticongelante, líquido del
limpiaparabrisas o perfumador, mejor no pregunto, que alguien puede
acabar infartado hoy. Al final, su brutal consumo de gasolina es… lo de menos. No es para ricos, es para gente absurdamente rica.
Dicho de otra forma, tener un Bugatti Veyron
durante diez años, suponiendo que no se rompa nada, ni haya que
pintarlo, ni estornudemos en el interior, costará lo mismo que lo que se
pagó en el coche en su día. No me extraña que gente de economía modesta
como Jenson Button que decidiese venderlo.
De modo que, si te toca el euromillón, ya sabes en qué se te va a esfumar sin ni siquiera accionar el contacto.
jaja que interesante este pequeño vistaso a un carro para ricos. pero se puede decir que cada quien tiene un gusto caro.
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